Catedrático argentino debate sobre el derecho penal nacionalsocialista y su compatibilidad con la revolución hitleriana

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Publicación: Sábado 14 de Octubre , 2023 / 08:39 P. M.
Catedrático argentino debate sobre el derecho penal nacionalsocialista y su compatibilidad con la revolución hitleriana

SANTIAGO. Andrés Rosler, catedrático de Filosofía del Derecho de la Universidad de Buenos Aires, expresó que el derecho penal nacionalsocialista, en particular en lo referente al debate sobre Estado de derecho y su compatibilidad con la revolución hitleriana, no se le suele prestar atención a pesar de que parece tener cualidades verdaderamente proféticas acerca de la discusión contemporánea.

El abogado externó sus consideraciones durante la I Jornada de Derecho Constitucional Ulises Francisco Espaillat que se realiza en la Pontificia Universidad Madre y Maestra de esta ciudad, y aseguró que todo derecho penal se dedica al castigo de acciones consideradas intolerables por la sociedad, por lo que las sanciones son condicionadas, moderadas, extremas o mínimas si las mismas están sujetas a ciertas restricciones.

Al dictar la conferencia: «Nullum crimen sine lege creen (Ningún delito, ¿ninguna pena sin ley previa)?  La sorprendente actualidad del debate nacionalsocialista sobre el Estado de derecho (1934-1936)» dijo que la sanción solo es aplicable cuando se respetan los derechos del acusado, y que, desde sus inicios, el positivismo jurídico se jactó de haber impulsado el principio de legalidad, pero no solo los positivistas se han inclinado por este principio fundamental del derecho público.

Rosler explicó que el origen del concepto Nullum crimen sine poena subordina el razonamiento jurídico a consideraciones valorativas, morales o políticas, de tal forma que lo único que le interesa es la lucha contra la impunidad, incluso a expensas de los derechos de los acusados, privilegiando siempre el presente y futuro por sobre el pasado.

En otro aspecto de su presentación, el también doctor en Derecho de la Universidad de Oxford, hizo énfasis en el deslizamiento de la legalidad a la justicia, el cual se vio facilitado por cinco rasgos constitutivos del razonamiento jurídico nacionalsocialista en lo que atañe al derecho penal.

En primer lugar, mencionó la subordinación de la práctica social, que es el derecho a una idea o causa, y dijo que eso explica por qué a los nacionalsocialistas no les interesa tanto reformar el derecho sino la mente de los juristas; en segundo, dijo que una vez el derecho queda supeditado a la idea del derecho no puede sorprender que los juristas nacionalsocialistas tengan una concepción muy generosa de las fuentes del derecho, que alcanza la conciencia jurídica del pueblo y, por supuesto la del líder del movimiento; el tercer rasgo es el razonamiento penal nacionalsocialista es la materialización del injusto, ilustrada por el paso del nullum crimen sine lege al nullum crimen sine poena, que plantea que era suficiente que una conducta fuera en contra del sano sentimiento del pueblo para que fuera castigada a pesar de no figurar en el código penal.

El cuarto rasgo destacó la otra cara de la materialización o «moralización del injusto penal» caracterizada por el antiformalismo del razonamiento penal nacionalsocialista. En quinto y último rasgo que destacó fue que una vez se subordina el derecho a la idea del derecho extendido el derecho a los principios suprapositivos, materializado el injusto y eliminado el formalismo jurídico era natural defender el activismo judicial.

En la conclusión de su ponencia, Andrés Rosler enfatizó que el Estado de derecho, en especial la denominada: antinomia nullum crimen sine lege o nullum crimen sine poena, da la impresión de que si bien el nacionalsocialismo fue derrotado militarmente en 1945, su antipositivismo jurídico sigue vivo, si no es que ha triunfado en la batalla cultural en la forma del neoconstitucionalismo o del interpretativismo.

«Obviamente, no estoy diciendo que los antipositivistas jurídicos sean nacionalsocialistas, sino que los nacionalsocialistas eran antipositivistas jurídicos (el “núcleo del mal” les parecía ser la separación entre derecho y política), y que incluso los pensadores como Robert Alexy y sus seguidores, así como los de Ronald Dworkin, combaten el nacionalsocialismo, pero con sus mismas armas. No puede sorprender entonces que el debate siga tan vivo como entre 1934 y 1936», añadió el también investigador argentino.

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